Triste y Tropical #33
“Un país sin arte es un país sin historia”.
Federico Klemm
El podio demoníaco
Por segunda y última vez en el año este newsletter existe, se hace eco de ideas. Pero para empezar es necesario algunas consideraciones:
Hubo dos entregas autocensuradas: las reseñas de Un verano sin ti y del show de Rauw Alejandro. En la primera me agarró bien apática, la segunda muy emocional.
Quizás el beneficio de escribir por el sólo hecho de hacerlo priorice el cacheo sentimental al deber. ¿Estoy escribiendo sobre esto o estoy colando esa bronca que tenía acumulada y estoy metiendo al disco en el medio? El desafío es volverse invisibles, pero esa voluntad no siempre depende de nosotros.
Esta cuestión de la invisibilidad la describe la gran Leila Guerriero, en una de las mejores lecturas que hice este año: Zona de obras. Decirle manual de periodismo es faltarle el respeto. Quizás sea una biblia de la narración. Leila, entre cientos de historias maravillosas, cuenta de aquella vez que seguía a una banda que rendía tributo a Elvis. Tenían que irse a tocar pero algo los interrumpió: a uno de los músicos le dió una cagadera fulminante que lo instaló en el inodoro. Entonces el Elvis de cabotaje salió a recorrer puerta por puerta a pedir a sus vecinos pastillas de carbón. Y en ese momento Leila entendió que ahí estaba el corazón de su crónica. A medida que su propia materialidad se volvía imperceptible, lo que allí pasaba se volvía más real, más vivo.
No subestimemos al tiempo tampoco.
Este año empecé a escribir bastante (y me hubiese gustado hacerlo mucho pero mucho más) como trabajo. Y digo por trabajo y no por plata, porque, sabrán mis colegas lectores que en este rubro el pago es lamentablemente anecdótico. Vivir de escribir es un unicornio con pecas de mercurio PERO, para mí el hacerlo, de la manera que fuese, significó realmente una de las cosas que me viene salvando la vida, o al menos, manteniéndola a flote.
Con esto digo, el momento de escritura se jerarquiza, abre múltiples compartimentos como una polly pocket, quizás te lleva a otros lugares, quizás ante la prueba de que esa capacidad puede ser capitalizada mata al resto de las instancias (no es mi caso y jamás dejaría de hacerlo si acaso siento que tengo algo para decir PERO hay una más traidora que esa necesidad, la wacha del tiempo, la que coreografía con los lamentos, la que nace con el engaño.
Y el que sí se publicó fue la entrevista a Defensa, una de mis bandas locales favoritas y responsables de uno de los discos que más me gustaron (y también de los títulos, personalmente los títulos de discos que forman oraciones me fascinan, Furio y Garoto bautizaron a este 7 canciones antes de que nos corten la luz).
Para allá vamos. Para LAS LISTAS. Todavía no entiendo por qué se enojan con las listas ni con los premios.
Y no vengo tampoco en plan lista reivindicativa porque no hay nada que corregir, esta lista va en contra de las posiciones y en especial de la vanagloria a lo anglo. Esta es una selección de discos de este año que entraron por dos motivos: no son mega mainstream y están cantados o hechos por hispanoparlantes. Pero antes, un ejercicio.
¿Está sonando Muchacho o son alucinaciones sonoras?
Se me rompieron unos auriculares, otros que tengo hace 10 años están despedazos, pierden goma, si los uso más de 6 horas en continuado me duelen las orejas, siento que de alguna manera es una forma de obligarme a estar más alerta, a estar más acá. Aunque la vez que me atropelló un auto la que dobló mal no fui yo. Yo iba bien alienada leyendo Rent de Palahniuk, sí. Pero para mirar el semáforo fui cauta, y más ante la reacción del abrazo desmedido por parte de la conductora que contraía un soborno ante la posibilidad de una denuncia. No ocurrió. Gracias a Jansport por la amortiguación y supongo que de nada, mi cabeza nunca tomó conciencia de lo que estaba ocurriendo.
Uso tapones para los oídos porque el aire acondicionado de mi habitación tiene la melodía de una retroexcavadora y una frecuencia disciplinada que no supera los 15 segundos. A veces también pienso que me los pongo mal y me puedo lastimar.
Creo que soy la única persona en mi familia que no ronca.
Siempre pienso que dañé mis oídos por escuchar música demasiado fuerte y estar varias veces pegada a parlantes en lugares. He dicho casi como declarando un diagnóstico que me repitieran las cosas porque estaba medio sorda. Aunque después puedo saltar de la cama por descubrir, sin lugar a duda, el andar de una cucaracha desde adentro del placard. No la veo pero yo sé que está ahi. El otorrino no advirtió nada raro. Sigo desafiando límites e ignorando con sinceridad saludos de conocidos en la calle. Honestamente, ante tanto ascetismo en mi vida, creo que el sonoro es mi “de algo hay que morir”. Tímido pero real.
A veces es desesperante acordarse de prácticamente todo pero más debe ser no tener registro alguno. Quizás lo que más me cuesta es entender que cuando un amigo me cuenta algo por segunda, tercera o vez mil, realmente me lo está queriendo volver a contar como la primera vez y en ese pacto tácito, amerita fingir el interés del asombro. Lamento ser tan expresiva con mi cara porque seguramente allí delate algo de decepción esperando nuevas noticias.
Tres son los sonidos que más traen a mi papá a la memoria: el repiqueteo de las cartas de la baraja española al mezclar, el encuentro entre el cuchillo y la cáscara de queso cortado en el aire, improvisación y hambre jugando de local, y el tajo geométrico de la carne, ese que hacía pinchando con el tenedor y haciendo cada incisión según las hendijas del cubierto. Un cuadriculado perfecto que se deshacía rápido por la actividad de las hebras del animal.
¿Habría festejado mucho mi viejo viendo Argentina Campeón del mundo? El recuerdo deportivo que se me viene a la cabeza viene en forma de advertencia a mi hermana, para que no use su camiseta de Inglaterra durante Francia ’98 (mi hermana no seguía al club, sólo era fan de Mel. C).
Cuando tengo miedo de olvidarme su voz (probablemente el mayor miedo que sentimos sobre el recuerdo de las personas, una vez muertas) pienso en sus relatos de El señor de los anillos, la historia que escuché oralmente, mucho antes de que se hagan las películas.
Fui varias veces de chica a que me hagan pruebas porque sentía un zumbido constante en los oídos. No podría decir tinitus porque en ese momento no sabía lo que era. Mucho menos el significado de somatizar. Recuerdo ponerme nerviosa ante los exámenes dónde te metían en una cabina y debías levantar la mano cada vez que escuchabas las palabras que el médico iba diciendo. Como si me fuesen a calificar por ello. Como si en lugar de una medicación hubiese un castigo.
Es raro determinar grados de capacidad de lo que escuchamos. Podemos darnos cuenta de si se alteró nuestro escuchar habitual, pero ¿Cómo saber si nuestro preset fue menos beneficiado que el de otro?
Me tomé pocos aviones en mi vida pero el dolor de oídos tapados cuando el vuelo despega es de lo peor porque es dolor de rehén (un rehén bien privilegiado, claro) una impotencia contra la que no se puede distraer.
Me encanta Sound of my voice (aunque debería ver cómo envejeció).
Me molestó Sound of metal (¿Cómo envejecerá Riz Ahmed?).
Me hace bien The sound of Music (los clásicos no envejecen).
“En la batalla de las narrativas hay un lado de la cama que está perdiendo. Con toda sinceridad, es necesario mentir más”.
Leo Felipe — Historia Universal del After
En general las reseñas no son otra cosa que una bio del artista y una descripción de los subgéneros que aborda el trabajo. Una cosa calculada y sin corazón, que por otro lado se explica: ¿A qué público le va a interesar leer mi experiencia frente al disco? Este es el arte de no interesarnos, parece. Hay algo de esa contradicción que el autor del libro “Gritos de Neón”, resume muy bien aquí.
Volvió Anuel con un disco de 33 temas (!!) y ya está por largar una segunda parte (!!!!!). Llegué hasta el que hizo con David Guetta y me rendí.
Fue al año de Motomami, disco que me gusta sin enloquecerme. Muerejoven entregó “Términos & condiciones”, un álbum perfecto para salir a caminar con la capucha puesta cuando cae la tarde. De la RIPGANG queda sólo Broke Carrey sin LP, espero con ansias su Buenos Aires Motel.
No escuché los discos de Kendrick, SZA ni Little Simz.
Duki siguió en la suya y mi aparición favorita fue una sorpresa: su colaboración con Arcángel en el disco de La Maravilla, SR. SANTOS. Me hubiese gustado ver alguno de sus Vélez pero no llegué (hablar de los shows en vivo era otra idea para esta edición).
¿Es necesario que diga algo de Ysy?
Primero, algunas de mis perlas 2022:
Noño — Es sólo amor | URUGUAY/ESPAÑA
Tener varias bandas y en cada una interpretar un personaje diferente. Jaoco es la mitad de Mueveloreina, de Malachi Estéreo y el 50% de Ñoño, este dúo indie tierno. Se nota que el uruguayo aprendió a narrar allá, porque sus canciones tienen ese giro. Honestidad con el nombre de la banda, me gusta cuando los productos se denominan con la palabra justa de eso que prometen. Están embobados, románticamente pegajosos, de guitarra acaramelada y ropa estrenada para la primera cita.
Eros White — Psicosis | URUGUAY
El segundo disco de Eros White se carga una compleja y admirable misión: la de cantar con desengaño sobre una melodía más esperanzadora que protector solar recién comprado. “Siento que con este nuevo álbum estoy dejando que caiga la fantasía del pop y también la mía”. Y allí va, a romper la cofradía de confort, a gritar frustraciones y decir que aún cuando está todo mal, podemos sacarlo todo, bailando.
Mediopicky — Mediopicky | REPÚBLICA DOMINICANA
Primer disco para este productor dominicano que parte del baile moderno para zamarrearte por la pista. Aunque breve, el disco homónimo tiene dos partes, una gótica con guitarras metaleras y un sample demente de un chirrido de auto para el temazo “Quien te llamó”.
En la segunda, se sumará un productor amigo y gran aliado de Medio, Diego Raposo.
Si el ritmo ya estaba en cualquiera acá sube más el calor y juntos logran uno de mis temas favoritos del año: “El retoce”, “una bulla a los culitos y ahora una bulla a los culones”.
Yo produzco, usted baile. Hay algo del respeto por hacer gozar, de tomar el trabajo de enmarcarlo. El que se pone la 10 sin sacrificar la identidad en absoluto. Será así, y con mis reglas.
Diego Adrián — Fantasía | CHILE
Si alguna vez YouTube te concedió la bendición de escuchar “Te llamé”, el banger de Talisto junto a Ms Nina y otro flaco, bueno, además de QUÉ BIEN, ese otro flaco es Diego Adrián, aka Adrianigual. El colega recoge esas vibras y las arroja contra las teclas. “Les invitamos a bailar, perrear y a veces llorar.” anticipa. Tema favorito: “Me miras”.
Soui uno — Modus Operandi | ARGENTINA
Una chica haciendo boombap en Argentina entre tanta invasión de popetón es una rareza que se disfruta. Muestra el culo en IG y la bardean porque se supone que “es incompatible con querer ser rapera real”. Un palo que parece salir de 1994. No hay mejor contraataque que escucharla a ella rapeando (“Será que sólo por ser wacha me toman de mala, seguro que a un par de raperos me los cargo al hombro”.)
Frase memorable: “El micro sin antipop/ y yo no soy antirock/ me la pasé escuchando al Indio y curtiendo los videos del Pity en on”. Humille, Soui.
Depresión Sonora — El arte de morir lentamente | ESPAÑA
Seguro Marcos Crespo escuchó El mató. Con una construcción más laboriosa y menos amable en sus letras, DS pispea a Joy Division y a la hora de armar sus canciones, raciona generosamente con nostalgia, su voz de reproche, lángida y los bajos siempre de lado.
“No sé que hacer con este dolor y lo abrazo fuerte, fumando en mi funeral”: temazo.
Los nombres que adopta, tanto de su proyecto como de las canciones, sus EPs y ahora, primer álbum, no son sólo una advertencia falaz: distintas maneras de decir la verdad, ¿Acaso no es la manera de existir en el arte y en la vida en general?
Hay mucho de luz en Depresión, aunque suene contradictorio. Hay ritmos, se puede bailar y hasta emocionarse con “¿Dónde están mis amigos?”
Y el tema final “Me voy de casa quiero ser artista, con mi gente cerca, fuera policía”. Un ídolo al alcance de la mano. Lástima que en su futura gira Latinoamericana, Argentina no esté entre sus planes.
Isabella Lovestory — Amor hardcore | HONDURAS
El fetiche del año. Corta.
Dawer X Damper — Donde Machi | COLOMBIA
Quizás no sea la mejor promoción decir que mi tema favorito es un featuring, pero también puede verse así: me hicieron descubrir a Afroturro, y han tenido la generosidad de hacer que reviente con “Suave” (“No es tu perra en cuatro papi, son estos putos oficiales, que te desaparecen y aparecen en los ríos sólo por parar un brinco cuando a la marcha tú sales”).
Afrofuturismo latinoamericano es lo que desean ofrecer y acá estamos para agitarla.
La foto que ilustra el disco es simplemente increíble.
Defensa — 7 canciones antes de que nos corten la luz | ARGENTINA
Furio y Garoto están dejando todo listo para que de pronto alguien tire del envoltorio metalizado y entre a saborearlos. Volví constantemente a este disco, me relajan su “Chacarera”, “Fiebre”, “Ojalá”. Este año además metieron feat. con Gianluca, el minion chileno.
Adrián Quesada — Boleros Psicodélicos | MÉXICO/USA
“No estoy para aguantarme mentiras con cariño,quiero algo verdadero, es lo único que pido” cante ile (ex corista de Calle 13, hermana de Residente, y más importante que todo: artista por sí sola hace tiempo y con también un disco interesante de este año a chequear). Y cómo no querer saberlo todo, en ese álbum donde sigue “El paraguas”, una canción que parece pensada para la outro de una película de Tarantino. Congoja pura la de Quesada. “El payaso”, el feat con Girl ultra!!
Santoz — Hiperbórea | ARGENTINA
Esto es fácil, el grito de orgullo sobre la exportación de nuestro mainstream tiene un efecto colateral poco feliz: a nadie pero a nadie parece importarle el under. El hip hop argentino está dejando obras impresionantes y si no las vemos en ningún medio, pues alguien tiene que mencionarlas. El cordobés la rompe con detalles como expresiones intraducibles como el “Biri biri lirical”. Más data: la de Lúcuma.
Zahara — REPUTA | ESPAÑA
Un año después del salseo, donde el Ayuntamiento de Toledo bajó de su sitio la promo de sus shows, de que los rancios de Vox la tacharan de “ofensa a la virgen” y de que se minaran de indignados por titular PUTA un disco, Zahara da una vuelta más a la cuerda de su proyecto y aparece con REPUTA. Cansaba un poco que la mayoría de sus defensas al disco sean victimizarse (el disco cruza sus propias historias de violencia, tanto de género como de otra índole), por suerte la española responde bajándole el tono (que tampoco hay mucho de solemnidad en dedicarla una canción a su portera, en esa joya llamada “Ramona”) y reversionando los temas con algunas propuestas electrónicas. De la mano de dos talentos como Alizz y Cora Novoa el álbum levanta y gana porque se ríe de los rumores que intentan callarla. “Berlín U5” es un himno.
Archivo Edición — Futuro Pobre | ARGENTINA
¿Cómo no vas a escuchar un disco que samplea al Teto Medina?
Menciones honoríficas
La realidad es que merecen todos un párrafo y más, pero del tiempo que no dispongo. Quizás este año fue la vez que más sufrí esa sensación de no llegar a todo eso que estaba saliendo. Porque ni las horas que ahorré no gastando un disco que esperaba amar (Un verano sin ti) pudieron cubrir lo necesario para embarcarme en el momento soberbio que está viviendo el rap en España (los laburos de Israel B, Enjoy Canoa y tantos que quedan afuera), porque ni para olvidarse de lo insípido del disco de Rina Sawayama me alcanzó para sentarme a buscar truquitos y aprenderme las letras del tercer round del Saturno de Rauw Alejandro, porque ahora, mientras busco links y corrigo erorres de tipeo en este mismo texto, me acuerdo que Dano estrenó hace un par de días Fly ass music, con Gese Da O. No llego.
No rules clan — El puente | COLOMBIA
“No hay Maradona sin Garrincha
Si no tienes buen equipo tienes que volverte hincha”
Kabasaki — Temperatura | ESPAÑA
ÁREA 69 — Six Sex | ARGENTINA
Faraonika — Olvidancing | ARGENTINA
Loli Molina, Chancha Vía Circuito — Al Sur | ARGENTINA
Los Rarxs — La Rareza | PUERTO RICO
León Cordero — Jueves | ARGENTINA (ya hablaremos de esta locura a su debido tiempo)
Y volviendo a Guerriero, si acaso uno escribe porque siente que tiene algo para decir, entonces cuando no la tiene, ¿Por qué no darle el lugar a otro que ya hizo el trabajo?
Así que quiero traer los textos/videos/reseñas/entrevistas de:
Eric Olsen sobre Ay!, de Lucrecia Dalt.
Santiago Cembrano, sobre Ópera Fidelio, del tándem Ergo Pro e Ill Pekeño.
Agustín Wicki sobre Tesoros en la Tundra, del colectivo rosarino Golden Boyz.
Rodrigo Romero sobre Yeyo, de Lil Supa (o su alter ego Marc Ginale).
Al Sobrino sobre Shock Wave, de Elio Toffana.
Martha Estrada Cortez sobre Amor en español, de Jesse Baez.
Richard Villegas, sobre Last spa on earth, de Divino niño.
Tomás Gauna sobre El valle encantado, de Feli Colina, que pego acá:
Con su más reciente álbum El valle encantado, la artista salteña Feli Colina se adentra a experimentar con los sonidos del folclore argentino, llevándolo a un terreno conceptual dentro de un planeta imaginado, y mostrando una propuesta artística que expande el universo que creó en su disco Feroza.
Como alguien que se crió escuchando todo este tipo de música, yendo a festivales desde chico, me hace feliz escuchar a artistas que exploren los ritmos del carnavalito, la chacarera, la zamba, el candombe y otros géneros que tuvieron su nacimiento en Argentina y en Sudamérica. Y lo que hace Feli en este disco se siente completamente natural, experimentando y combinando el folclore con distintas sonoridades, desde la percusión o la constante presencia del piano hasta la producción ligeramente electrónica, es claramente un homenaje a nuestra cultura, pero desde un punto de vista únicamente suyo.
“Te amo desde que empezamo’, o sea, del comienzo”
Tu Turrito — Callejero Fino, Rei
La canción y la frase del año (dentro de un tema) marcaron el futuro de una época que cerramos con toda la alegría disponible. El pasito de alabanza hacia el cielo (cielo que quisimos alcanzar, porque la eternidad se vuelve una medida durante el estado de gracia) agitando intercaladamente los brazos, ese misticismo que contiene la cumbia y se parece al concentrado pero sutil festejo que Messi suele dedicar en cada gol.
Como el tuit que decía “Un equipo donde suena Callejero Fino en el vestuario está destinado a salir campeón”. Y entonces, un país que eligió ese turreo como canción más escuchada, está preparada para romper rachas y lograr lo que logran estos momentos: el abrazo entre desconocidos, el respeto de las multitudes, la saciedad de psicodelia, la euforia sin freno. Esa certeza, después de tanto amague, del miedo a caer en la trampa de la ilusión, de esa certeza de que por fin estamos todos de acuerdo. De que no importa nada más allá que ese ahora. Merecemos todo esto que nos pasa y queremos sostenerlo todo lo que se nos permita. Un país entero sincronizó la alarma de la felicidad y quedamos levitando porque supimos que era por ahí, que eso era lo que nos hacía posibles, como cuando a Edgardo Giménez lo llevó su tía por primavera vez al cine y salió levitando con Blancanieves. Scaloneta cinemascope. Feliz 2023. Ojalá seamos cada vez más argentinos.