Triste y Tropical #5
La tierna, el idealista y los apuestos a todo
Aviso importante: en esta edición me volveré más autorreferencial que de costumbre, pero a no desesperar, lectores: el ego está controlado en su dosis justa para seguir trayéndoles data de las góndolas mejor seleccionadas.
Cuando era chica era, como el grueso de las chicas de mi generación, criadas al calor de la televisión y de la frialdad del hogar de departamento, fanática de Chiquititas. Año tras año veía los 8374834 capítulos anuales que acababan abruptamente y no por grandes giros argumentales, el cierre de oro, el paso de la pantalla a “la vida”, que era el show en el Gran Rex, me quedaba afuera. Como marplatense, viajar para verlo era un presupuesto no posible, y yo seguía mirando las publicidades en el canal repetidor del 7. Mientras tanto me valía de lo que podía consumir para estar “cerca de”: los alfajores que venían con stickers.
En el 2000 a mi papá le prestaron un auto y vinimos un fin de semana largo a Capital. En mi cabeza de niña solo rondaba la posibilidad de la magia.
Pasamos por el teatro, hicimos una fila bastante tiempo y al llegar a la boletería me dieron la fatal noticia: las entradas estaban agotadas hasta el martes. Nos íbamos el lunes. Nunca fui una persona de llorar fácil pero el container de lágrimas con el que me salí ese día fue importante. Ante esa escena, qué mejor estrategia paterna que el capitalismo: andá a Musimundo (al lado del Rex había uno) y comprá lo que quieras. Mirá cómo será que esa libertad de consumo no logró consolarme. Yo quería ver espectáculo, coreografías lindantes con el trabajo infantil esclavo, nada de lo que hubiese ahí me iba a conformar. Me compré el CD y unos papeles de carta. Pero me fui abrazándolos con la mejor cara de culo.
Casi 20 años después vuelvo por ahí, ya viviendo en Buenos Aires, la emancipación necesaria para no necesitar de un berrinche que me leve a concretar el deseo, me cruzo enfrente y allá voy a ver a Cazzu.
Entonces pacto una tregua conmigo, saldo esa revancha añejada y enseguida me entra la ansiedad, termino de aplastar a esa adolescente clasista que se diseñaba sus separadores de materias con collages de películas indies europeas y coreo los reggaetones de la piba con la gola al dente. Chapi chapi chapiadora.
Más allá del chiste, hace rato que dejé de sentirme incómoda o si quiera tener vergüenza por encontrarme entre un público de generaciones nuevas, de personas que ni siquiera deben saber quien es Cris Morena (bendencidas). Sus referentes tienen un programa de televisión sin horarios y mucho más breve (Instagram) con una producción itinerante y abultada. El nivel de representación es bien concreto.
El Camino de CAZZU tomó otros atajos. Siendo de las únicas con un disco editado del género en el 2017, Cazzu logró un reconocimiento internacional antes que en su propio país. Hizo gira de manera casi crónica hasta tocar en Buenos Aires. Por eso la no sorpresa de que haya agotado las 3 fechas en menos de 24 horas.
Llegué 10 minutos antes del horario del ticket, con galletitas en el bolsillo de mi campera, sin tiempo para poder merendar y claro, risueña y manija.
Me acomodan enseguida en mi asiento porque estoy abajo y adelante, empatía 120% con el acomodador, en su tironeo cuerpo a cuerpo con las chicas que lo veían como un simple repartidor de máscaras: de alguna manera deben entender que los antifaces cadavéricos que lleva ella en la artística del disco y se reparten con el programa, son a colaboración.Un compromiso como médico de frontera (digital)
Algo que vengo viendo en los shows de este tipo y me fascina, es el compromiso que manejan los chicos con generar material audiovisual. Es una tarea que significa posiblemente la mitad de (o incluso más) su experiencia, ir al recital sin poder sacar fotos ni filmar no es una posibilidad. Una amigas se intercambian consejos de cómo hacer para que la batería les dure más. Se preguntan si les alcanzará, si bajan el brillo, si eliminarán apps, si subirán las stories de una o primero graban y después mandan. Un chico en otro show iba controlando de a segundos quiénes miraban las historias que había terminando de enviar, scrolleo y show, scrolleo y show. La secuencia de los aparatitos, armas de destrucción pasiva.
Una palabra de peluche
Cuando veo a estas personas, y me acuerdo del “escándalo” que se desató en redes sociales hace poco sobre Esteban Lamothe me reía y decía esto.
Sinceramente me parece hermoso poder compartir intereses con otras generaciones, lejos de lo patético que muchos dicen que es Lamothe por tener amigos o juntarse con gente 20 años más chica que él, considero que es absurdo y aburrido pensar así. Yo nunca me sentí parte de una generación y sin ánimos de sonar arrogante lo digo, me siento mucho mas identificada con la nueva que a esa a la que debería pertenecer.
Claro que estoy atravesada por vivencias y cosas que posiblemente gente más joven todavía no comprenda, pero no quiere decir que “esté mal” que salte con ellos durante una canción. A veces me da la impresión de que su postura por demostrar que algo no les gusta es más forzada que la que les sostiene el miedo por admitir que puede estar bueno.
Le llevo unos cuantos años a las personas con las que comparto espacio en esos recitales. Pero la curiosidad fue siempre un sentimiento antropológico que acaba ganándole a mis propios prejuicios.
Cuando me mudé a Capital a los 21 fui al Planetario a saltar con desconocidos de 15 con Tan Biónica porque quería saber qué era ese fenómeno.Y vaya que el Chano pre-Mitre me lo respondió clarito.
Volviendo al show de La Jefa
“Lo único que tenemos es la palabra”, como artistas, como personas. Sentada en un sillón forrado de osos de peluche y vestida de un oversized batik hecho a medida como todo lo que usa, así fue el statement que eligió para hablar con su público. Habló, sin referirse directamente, a lo ocurrido durante la primera fecha de su show (recuerden: este newsletter no apunta al beef y chusmeríos de salón, pueden buscar qué pasó si les interesa). Sus palabras recordaron en parte a lo que suele repetir Duki, a que más allá del brillo y los likes, y el cotilleo de las redes sociales, ellos son personas. Y ella confía en el contacto directo con los fans, en ser ella la que hable si pasa algo y en evitar los intermediarios para sus mensajes siempre, dice Cazzu, es por eso que nunca cantó un tema que no haya sido escrito por ella y por ahora planea seguir así.
La estética de su show recuerda algo al Arcoiris Tour de Balvin pero menos tropical y más emo.
Calaveras, moñitos y un cuidado a la chica del milagro que conmueve (alegando resfrío, la producción aparece 3 veces en escena para llevarle paliativos: un té, agua y hasta una pastilla de menta por la que hace muecas infantilísimas al metérsela en la boca).
En un cierre a todo culo, Julieta deja el escenario y en la pantalla se anuncia, sin más, su próximo recital en la ciudad: 14 de marzo, Luna Park. Sólo alguien con semejante solidez en su carrera puede manejar la agenda así.Les hermanes sean unides, porque ese es el beat primero
Kinder Malo, después de postergar 2 veces la fecha por un supuesto malestar en la espalda, tocó en Palermo Club.
Subió al escenario con Smells like teen spirit y cerró con un tema de su máximo ídolo local: Pity Álvarez. Probablemente sea el producto de sus novias argentinas, una curiosidad algo más genuina que esa que le lleva a decir a todos los músicos visitantes “Argentina es el mejor país del mundo” con la camiseta puesta (y que también se la puso). Se notó la falta de Flaco. Pero el hermanito en este momento se está entalcando de azúcar impalpable popera, con Cupido, disco, gira y tal. Una pena, sobre todo para los que nos quedamos con las ganas de ver al dúo en el 2017.
Para Walter Benjamin que lo mira por TV
Entre cagarse en la hegemonía, aburrirse de lo mismo y tal vez el rechazo a la imagen perpetua, el desapego de cualquier costumbre, estos personajes cambian de apariencia con la misma facilidad con que sacan un tema, un cambio de tempo en sus canciones, pum, trenzas, más tatuajes en la cara, otro color de pelo, cejas afeitadas o teñidas, todo es pasajero. Es curioso, ellos laburan para tener una carrera y ser conocidos, pero su imagen cambia tanto que si pegamos una figurita en nuestro celular va a costar reconocer a quién pertenece. Han pegado todos los looks que Madonna supo tener en su trayectoria pero en cuestión de meses. La estrategia de la araña: tejer Picassos de apariencia.
Dillom, Kaktov, Muerejoven
Yo soy la ola, cabrones mejor ni remen
Este trío, que técnicamente no lo es, pero como la mayoría de la movida trapera se mueven tipo células, abrió el recital de Kinder. Dillom, con el pelo cortado en calidad Minecraft y cara de personaje de Archie rechazado por haber nacido para la portada de MAD; Kaktov, con más tinta que glóbulos rojos en el cuerpo (aplaudamos ante todo por haber tatuado el abdomen de Cazzu, sí, esa cara de animé que con tanta onda lleva) y Muerejoven, tan conciente del tráfico de internet, que se ufana en un beef que le dio publicidad orgánica, y encima lo vuelve pegadizo (2M salieron gratis).
Son parte de la llamada “nueva ola” (Godard se lleva una mano al pecho mientras piensa en “El libro del sonido”) y se les nota el sentido “alternativo” que tienen: la irreverencia es aún mayor, subir al escenario sin pudor (aparente) alguno, son los que arrancaron a ver Locomotion porque se aburrieron de MTV, niños mimados de nadie, preparados para dar una lección: por más que el camino esté allanado todavía se pueden tomar atajos.
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CRIMEN PASIONAL — COM T’AGRADARIA
Con ese nombre Google se hace un festín con sabor amargo. Lo que sabemos de esta banda es que son Briganti Boy y Neisha, y hacen reggaeton en catalán. Su EP “Eurodancehall” es simplemente delicioso
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De Valencia, Karma Cereza y Joaco J Fox, dicen hacer “electrapical”. Yo lo siento como si las vibras de Sara Hebe pasada de rola hubiesen llegado justo a tiempo para frenar el desparpajo de Skrillex.
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Un video tan fresco como sacrificado (presten atención a los créditos finales) para la mejor canción del disco de este parcerito: Es el puto sueño
Próximos Toques
Viejos son los trapos, pienso yo entre saltos de pogo de cordillera, ese pogo tímido al ras del piso y en los límites del tumulto, mientras me llaman señora para pedirme permiso o frunzo el ceño por el dolor de cintura que probablemente tenga al día siguiente, cuando una chica random hace la doble Nelson holgada para tomar un vaso de birra a dólar blue. Se vienen unas cuántas fechas, creo que antes de fin de año vamos a tener una postal interesante de la escena, una escena para mí sin final prematuro y muy movediza.
KINDER MALO
(Córdoba)
FIESTA BASS$
TRAP & ROLL
(Córdoba)
Al final de todo siempre nos queda la música, no? Yo estos días volví a Purpose, el último gran disco de Justin Bieber. Me divertí pensando en lo que hubiese sido él rapeando pero Justin eligió finalmente la vida del cyborg opaco y las melodías de sentimiento Ziploc, como la canción que hizo, mejor dicho, el tema con el que lo pusieron junto a Ed Sheeran. Todo esto me hace pensar en otra cosa: necesito armar una lista de trap anfetoso y dembow para correr. Si tienen aportes, me avisan. Cami siempre acepta el refill de beats.
PD: Hoy agradezco a Nadia, que me escuchó hablar mucho sobre esta idea antes de que exista y sólo supo ser sincera y decirme cosas que me incentiven. Gracias, meme queen ❤
*LA YAPA*
El sello I need sponsors publica un mixtape, “Crisis”, con versiones de la liga de la justicia beatera: Muveo, Polsick, 0600 en el track (productor de Neo Pistea, por ejemplo), Halpe (responsable de las bases de Dillom y Muerejoven, también trabaja con Bhavi y tiene como marca registrada el sonido de un Halcón que suena realmente simpático) y El Plvybxy.
Lo presentan hoy a la noche en Pantano.