Triste y Tropical #30

Camila Caamaño
8 min readDec 12, 2021

--

Desde que venimos al mundo nos hacen tongo. La vieja nos dice que si no comemos nos va a llevar el hombre de la bolsa, que el 6 de enero van a venir los Reyes Magos. Son los primeros tongos. Porque la verdad no es un espectáculo. El mundo entero es tongo.

Martín Karadagian — “Producciones Mr. Tongo”. Entrevista María Moreno en Vida de Vivos, Conversaciones incidentales y retratos sin retocar.

Mintiendo en el estudio
Y sigo con citas. El tema homónimo que abre “Trap de Verdad” de Ysy A dice:

“Y ahora hay un montón de gile’
que hablan cosas que no viven
Y describen un montón de
otras cosas que ni escriben
Y hay gente que lo’ sigue
porque no quiere pensar”

Una canción no te tiene que decir lo que tenés que hacer. El Símbolo murió. Las canciones que describen coreografías se fueron con los 90s, entre el Pescamagic y la palabra espantasuegras.

¿Por qué estamos tan obsesionados con la verdad?

La propuesta de Alejo tiene un tono tan interesante como agotador.
Ysy nos sumerge en sus sagradas escrituras a la medida en que te aclara que, quienes no se basen en sus reglas no merecen atención. Su trabajo anula de manera drástica a sus competidores, exigiéndole a sus acólitos fidelidad absoluta. Me recuerda a esa postura infantil de quienes se asombran si ignorás cierto producto cultural y con esa misma furia defienden sus consumos, los únicos que consideran válidos.

La soberbia de Ysy es un poco contradictoria. ¿Por qué si se cree el mejor rapero vivo de su generación teme que el público escuche otra música? ¿Qué hay detrás de esa defensa a ultranza de “LA VERDAD”, ese rechazo a la fantasía? Ysy: a esta altura deberías haberte dado cuenta de que todo arte es ficción. Y que pensar (también) es imaginar.

Y sigue:
Y hay gente que lo’ sigue
porque no quiere pensar”

Hagamos un ejercicio hipotético. Pongamos al fandom de DILLOM frente a la pintura de Ornella Pocetti y Marcelo Canevari.
Desconcierto, fascinación, miedo, manija, preguntas, análisis y teorías falopa, claro. Todos y cada uno tendrán algo para decir, lo que les despierte esa obra maravillosa. Y es apenas la portada del disco, la entrada a una obra que dice más de lo que imagina tal vez.

La creatividad es una manera de pensar. Explicame sino esos dibujos, mashups, tuits parodia, chistes que surgen como consecuencia de escuchar su música.
Y dicho esto: no querer pensar también es válido, lástima que sea prácticamente imposible.

El conflicto verdad/mentira o realidad/fantasía es una batalla que siempre pelotea en la escena del trap y rap local. Lo lanza Duki en uno de mis canciones favoritas: “Le’ molesta que lo que pienso lo digo Y que lo que escribo son cosa’ que yo sí vivo.
Un debate ciertamente estéril.
La narrativa del freestyle y esa secuencia de agresión machofáctica parece aferrarse a ellos. Como si no pudiesen cambiar el chip de cantantes, como si estuviese enfrentándose a otro. Pero su defensa es su propia música y si acaso hay un villano eso son los medios que los subestiman.

Hecha la ley, hecha la barra

Dillom e Ysy (Duki los rodea en el podio) hicieron los mejores discos del 2021. Aunque yo me quedo con el primero.Y los traigo porque para hablar de Post Mortem es necesario entender su valor. Las dos caras de una misma moneda.

La revista FORBES entrevistó a Dillom. La nota abre con varios párrafos en los que cuenta que el rapero escapa a hablar de su vida privada, y que hacerlo lo hace sentir un tonto.
Luego de eso, el periodista se manda con unas cuantas líneas para referirse a: su vida privada. I can’t even…

Sí, los padres de Dillom se separaron cuando él tenía 9, el padre nunca le pasó mucha cabida, la madre terminó en cana y el adoptó a una familia sustituta.
Pero ese no es el letmotiv del disco. Dillom no quiere usar eso para dar lástima ni mucho menos, de hecho se pone incómodo y cambia de tema rápido si le preguntan.

Cuando vi el cuadro de Pocetti y Canevari enseguida pensé en Gary Baseman y Mark Ryden, esa cosa adorablemente oscura de ambos.
Dillom se ve rodeado por sus propios demonios. Y lo hace ahora, no es el Dillom niño el ilustrado, así como estilan muchos raperos o reggeatoneros jugando la carta blanca de la nostalgia, una temática que rodea al disco pero desde el aprendizaje, y no como un lugar al que se desea volver.
Un coming of age sonoro que gana por knock out.
Porque Dillom no responde a las conductas de ninguno de ellos, no responde como se espera que lo haga un artista enmarcado en este momento, en estos géneros y en su propia generación.
Y allí reside (en parte) su encanto.

Era complejo especular sobre cómo podía llegar a ser el disco. Con tres singles sin conexión entre sí (OPA, Piso 13 y Pelotuda). OPA tiró el anzuelo a los dormidos que todavía no habían escuchado de él y, espantados por la letra, se llevaron la mano al pecho y pensaron (o dijeron): la juventud está perdida.
Dillom supo capitalizar el esperpento: sacó una versión del tema ATP (Kids Friendly Version).
Piso 13 no terminaba de convencerme, pero en el disco cobra otro peso y le da sentido.
Y Pelotuda… si uno lee los tuits que antecedieron la salida del disco sin conocer mucho de qué va, Dillom parece una parodia. Y lo es, pero la broma es hacia sí mismo.
El tema es adictivo, y al igual que cada uno de los pasos que viene dando, son parte de una aventura, la aventura gráfica de la que nuestro personaje interpreta varios roles al mismo tiempo.

Tyler, The Creator es una de las referencias más obvias posiblemente. Dillom está mucho más cerca de un ídolo pop que de un rockstar. Puede ser el niño tierno de La primera (el opening del disco y uno de los mejores temas), el de letras provocadoras con la lucidez exacta para llamar la atención y escapar a la órbita de la cancelación (De “OPA” se comenta cuando canta “Si ella me pide la fajo”, pero en ese momento del video él es el sumiso de la relación),
La caricaturización de Dillom sigue tomando forma con las vibes de rapero noventoso al mejor estilo Beastie Boys e incluso deja entrever algo de glam, como en REALITY, un tema que tranquilamente podría ser parte de Mechanical Animals.

Mark Ryden/Gary Baseman.

That’s why I copy and paste

Si se sabe usar, internet puede darnos todo. Y Dillom, antes que rapero, es un muy buen shitposter. No por nada, cuando se anunció el line up del Lollapalooza, mucha gente se enteró que era una persona en serio, y no un meme de Twitter.
Lejos de enojarse, él se rió (y no dudó en ir contra Martin Garrix y la estupidez de blurear todo el flyer para anunciar su presencia en el festival) como respondiendo a la clave de su éxito.
Es que Dillom es el que se dió cuenta que esto es un juego, (realmente ya ganó). Y que el hecho de usar el humor no implica que no puedas hacer las cosas bien.
No sorprende claro, la desvalorización del género comedia siempre está vigente, la comedia considerada como un “arte menor”.

Para mí hay un doble juego: por un lado, como decía, lo cómico no quita la calidad ni el sentido (de hecho lo potencia). Bohemian Groove, el sello independiente que crearon, funciona con decisiones
bien profesionales, los beats, la producción a cargo de Lamadrid, Evar y Fermin, el trabajo de Noduermo en los mejores videos de música que se están haciendo en Argentina actualmente (tomá nota, Ballve). Quienes crean que no hay esfuerzo atrás se llevarán una gran sorpresa al darle play al disco.

Por otro lado, si no lo toman en serio, puede moverse con impunidad, porque habrá menos ojos puestos en él. En Rili Rili, Dillom aclara: “Yo no quiero ser el mejor, sólo estoy para molestar”.

Duki dice que está cansado de que le escriban quienes quieren que esté mal para volver a sacar hits de trap sad (a lo que responde que ahora se siente bien para volver a eso).
Ysy dice que canta sobre cosas que le hacen bien porque siente que esa energía buena se transmite y no quisiera que le vuelva algo en contra.

Dillom da vuelta las letras. Creo que esto ya lo dije pero es el que mejor usa el spanglish.
Lo hace ver natural (no como HIGH, quizás el peor tema que haya combinado los dos idiomas en la historia de la música).

Los feats de Post Mortem están bien. Sucede que el disco es tan sólido que no es lo primero en lo que uno se fija. L-Gante, (esa figurita más usada por los medios que las tragedias por el PRO para hacer campaña) podría no aparecer en Hegemónica y el tema sería igual de bueno.
Lo mismo sucede con Coach (sigo esperando tu disco, Muere).
RocketPowers sí logra hacer la diferencia. Primera vez que los vemos cantar juntos y el dúo queda increíble. De paso, Sara también cierra un año que la prepara para lo que sea.

Calaveras y Diablitos

Incluso la gente en entrevistas se sorprende al descubrir que su tono de voz no es el que suena en sus canciones.
Pausado, tranquilo, y con un mayor universo simbólico que muchos de los que se le burlan, Dillom es un invitado con paciencia, aunque por dentro parece decir “¿Hace falta que te explique TODO?”

¿Qué ronda en el universo de Dillom?
Este disco funciona como su exorcismo.
¿Hay barras más fuertes que todavía no salieron del estudio?

“Yo no tengo sueños tengo planes”, es quizás una de mis frases favoritas del disco.
Hay algo ahí en la desidealización del éxito, de la consagración del ídolo. Dillom fue consciente de sus habilidades y se puso a darle forma a su misión.
No hay un brillo previo, no hay antecedentes en plazas ni historias con épica. No hay discursos heroicos. No hay momentos de soledad prometiendo hazañas, o acaso castigarse si la estrategia falla: No hay plan B.

La versatilidad de Dillom propicia el espacio para que la siga rompiendo, honestamente esperaba mucho de Post Mortem y aún así logro sorprenderme. Debo haberlo escuchado fácil 30 veces y sigo pensando que el porvenir le queda chico.

Hace unos días compartió un video donde caía en el mosh (por un hueco del lugar) y me acordaba cuando le sostuve las piernas en La Tangente como si fuese mi propio hijo.

Perdón, yo con esta criatura no aplico disciplina alguna, siempre habrá postre no matter what.

--

--

No responses yet