Triste y Tropical #13

Camila Caamaño
10 min readFeb 11, 2020

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You smile, mention something that you like
Oh, how you’d have a happy life if you did the things you like
Franz Ferdinand — The dark of the matinée

Una chaucha y dos palitos
Escribir un newsletter es algo extraño. O mejor dicho su dinámica. No se parece a un blog, se siente más íntimo y si bien el público tiene la libertad de leerlo cuando lo desee, el momento del envío se siente desde el palco. Un saludito apretado desde el atril del orador. Bueno, redactor. Bueno, sinvergüenza. Yo el pudor medio que ya lo perdí pero no dejo de abanicarme con el programa y dar propina.

A mí me escribieron y me recomendaron nueva música, me ayudaron con las ideas, me agradecieron, me pasaron temas antes de que la pegue (si estás leyendo, persona que me linkeó C90 cuando tenía apenas 10k de views y antes de que la reaccione Coscu, escribime por favor).

Estoy suscrita a unos 20 newsletters, sino más. Política internacional y criolla, cocina, agenda, música, random, filosofía, música de nuevo, literatura, animales, curiosidades, diario íntimo, road trip, salseos e intimismos. Abandoné unos cuantos pero mi fidelidad hizo que no me baje. De otro me quedé las ganas de que sigan, de otros me desuscribí por falta de interés. O se desvirtuaron demasiado. No me acuerdo cuál fue el primero y menos el último. Muchos spams en el medio.

Mi primer paco de internet fue un foro de Lost y, aunque poco me enorgullece de esa historia, tomé noción del sentido de comunidad que aún con la existencia de incels, topos, fandoms y taringueros puede ser muy noble.

Lo que más me gusta de este tipo de contenido es cuando el formato logra adecuarse a la creatividad del creador. Banco que cambien a riesgo de perder suscriptores.
Como insight dije que “escribo sobre música, partiendo desde el trap y siguiendo a dónde el deseo me guíe” y siempre respeté eso. El trap me sigue gustando, pero creo que el último semestre del 2019 quedó blureado entre divismos, beefs y malas apuestas. Por eso elegí darle un aire y pensar sobre qué quería seguir y si acaso quería hacerlo.

Dillom dijo en una entrevista que ¨el trap había muerto¨ y le tiraron 5 ceniceros de Murano encima. Los ansiosos no terminaron de escuchar su respuesta, porque este cristiano hablaba en otro sentido, el trap fue un punto de irrupción en la escena musical local para subir de peldaño y abrir escenas, ideas, entender que nada está dicho y que el show es otra cosa.

Triste y Tropical tuvo 12 entregas. La última sonó triste y a despedida pero no sabía bien por qué, probablemente conducida por la melancolía calendaria. Estos griegos de mierda. El trap fue la excusa, pero la música es el motor (por eso juego con las referencias, cito a Babasónicos mientras hablo de Cazzu o describo el último disco de Ozuna mientras escucho Kraftwerk) y hacer un newsletter es hablar de uno, quiera o no.

Desde hace unos años me di cuenta que mi consumo de internet era muy superficial. El aburrimiento me llevó a explotar las burbujas de algoritmos para tratar de moldearlo y escapar, aunque eso sea imposible. Mis amigos más recientes se volvieron grandes colaboradores en esta curaduría del consumo, voluntad, azar y amor.

Empecé a hacer hilos en Twitter sin ánimos de presumir (es eso posible en Twitter?) sino para llevar un registro de lo que iba escuchando, sea pésimo u obra maestra iba igual. Si alguien pide recomendación, dichosa estaré de hacerlo. Imponer un gusto propio me parece absurdo, además El imperio de las pasiones ya es una película. Empecé a meterme en los podcast, en youtubers no tan mainstream, recomendaciones solapadas en los intersticios de la red. Y no tiene que ver por rechazar ser parte de la mayoría, es la fatiga de saber que el tiempo pasa muy rápido, y quiero conocer todo lo que pueda. Encontrar cosas que deteste y que me hacen amar más lo que escucho a diario. Como volver a dormir en tu cama después de haber sufrido como sticker derretido en un Águila Dorada Bis que sólo pasa una de Liam Neeson y se les acabó el Tía María.

¿Qué pasó mientras tanto?

Durante este pequeña ausencia las vísperas del verano no sólo trajeron aires goteando y patitas babé a les de baja presión, también:
Salió Loser, el disco de BERNA, rap uruguayo bastante estilizado que, según Spotify, escuchamos 184 personas en Buenos Aires.
La RIPGANG se afianzó como borcego de milico, metieron fechitas locales e internacionales, punkie para cambiar sus celulares y desorientar predicciones del mercado. Salió el mixtape de la TBB (Talented Broke Boys, la tríada de Broke Carrey, Dillom e Ill Quentin), Témpera del K4.
La pandilla multipropósito empezó a mostrar otros estilos, Odd Mami se mandó con Ganas, un tema que cantaría Michael Cera en su próximo proyecto.

Un poco más al centro, apareció Goteo Remix, uno de los 46353 temas que Duki adeudaba. Al respecto creo que el video clip es mejor y está hecho con más ganas que el tema, y también me parece que tenemos que recordar nuestra proclama: NO TODO TIENE QUE TENER UN REMIX.
Escribí sobre J. Balvin y arranqué con la lista de la música que hará las veces de pica pica bajada de cordón en mi año, me siguen acá.

Igual este repaso me dejó con ganas. Por eso y porque las tareas sistemáticas me aburren rápido, pensé en la manera de darle otra vuelta a TyT, y pensé en involucrar a otres, a meterme en las historias de terceros, en pasar del palco a la sala de proyección, saber los caminos a través de los que fuimos llegando a esa música bastarda que hoy es tan simpática y atractiva como un dakimakura con la cara de Bad Bunny (cada une con su fantasía, che).

En el primer capítulo empezamos con Cayo, una persona increíble que conocí por mi federalismo chismoso a prueba de toda frontera. Cayo lo dice todo y muy bonito, así que sin más introducción, este es él, contándonos sobre cómo comenzó el affaire boom-ch-boom- chick.

El hit de tu corazón
Una vez me preguntaron en broma cuál era mi canción de reguetón favorita y en realidad me di cuenta que nunca había bacilado ni detenido a escuchar reguetón, o sea, era una pregunta que no podía contestar. Tengo formación jurídica y me compartieron “Criminal” de Natti Natasha con Ozuna. Me atrapé al toque y a partir de lo que escuchaba, escribí un breve poema basándome/interviniendo la canción:

Tú me robaste el corazón como un criminal
lo siento, no hay seguridad
amenaza de pillaje
en el plexo solar

Esto que siento por ti no puede ser legal, ah
algo me actúa
sin utilidad para mí
causándome mal

Así comencé “mi investigación” lírica, musical e histórica, con igual dosis de jocosidad y seriedad. Aunque tenía claro que el reguetón era despreciado por mucha gente, me empezó a llamar la atención la virulencia de muchas afirmaciones: “esto no es música”, “las líricas son una basura”, “es música de gente ignorante”. Todas estas aseveraciones me parecían extremas y algo tóxicas.

Entonces decidí encauzarlo en un proyecto poético, un poemario, que titulé “El Cuerpo es Devil”, para decir: amig@s, esto es cultura latinoamericana y se engarza con nuestra tradición lírica de arte menor, de mezcla y remezcla y deberíamos sentirnos orgullosos de ser tan buenos pal webeo y que la base de nuestra cultura sea la fiesta / el festejo, que hasta la tragedia se baila.

¿Por qué pensás que todavía el reggaetón como género es denostado y muchos aún lo definen como moda pese a que ya cuenta con varias décadas?

Una lectura que me gusta sobre la denostación tiene que ver con la superioridad moral, con el poder decir que el otro es vulgar, con que el juglar sea en nuestra tradición declarado infame. Una frase como “esto no es música” se entiende a través de una ideología hegemónica y esa ideología es el cristianismo, seas creyente o no. Lo que digo no tiene nada de novedoso. Es cosa de leer a los curas y pues a confesión de parte:

“En los tiempos antiquísimos (…) solo se usaba la música en los templos, y después pasó a los teatros. Antes servía para decoro del culto; después se aplicó para estímulo del vicio. Antes sólo se oía la melodía en sacros himnos; después se empezó a escuchar en cantinelas profanas”.

“¿Qué oídos bien condicionados podrán sufrir en canciones sagradas aquellos quiebros amatorios, aquellas inflexiones lascivas, que, contra las reglas de la decencia, y aun de la música, enseñó el demonio a las comediantas, y éstas a los demás cantores?”

O sea, la idea de que la música tiene que ver con elevar/recoger el espíritu y no con gozar/vacilar el cuerpo. Música cristiana, música pagana. No debemos olvidar que la Iglesia era quien controlaba el canon musical.

En una línea, es la idea de que lo cómico o lo erótico no puede ser sacro, o peor aún, que dichas expresiones son derechamente bestiales, bajas, infrahumanas. Pero la verdad es que nos gusta el webeo.

Este menjunje de tambor africano, viento indígena, algarabía arábigoandaluza, además de toda esa tradición juglaresca, carnavalesca de latinoamérica es subyugada por una moral que enseñaba la penitencia y pequeñez de los cuerpos.

Decir que el reggaeton es algo pasajero es emitir un juicio flojo. Las condiciones de posibilidad de cualquier producto humano siempre se deben a circunstancias más complejas; movimientos, préstamos, nuevas tecnologías que alimentan una cultura que se codifica. Si quisiéramos ser realmente serios partiríamos diciendo: el reggaeton no se entiende sin la diáspora jamaiquina a Panamá, como tampoco se entiende sin la guerra entre Estados Unidos y España. Esto sería lo mismo que decir: hay que entender primero porqué se traduce reggae al español en Panamá y por qué Hip Hop en Puerto Rico. Eso ya es abrir un mapa del caribe y trazar al menos 100 años de historia. Hay más que esto, obviamente, pero quiero decir que es fácil ser prejuicioso y no entender que hay un devenir que posibilita ciertas expresiones, que a nosotros llegan como pasajeras, cuando en realidad no lo son.

De cualquier modo, estaremos de acuerdo que “unas cuantas décadas” nunca serán suficientes para decir si algo trasciende o se olvida, pero de seguro seguiremos perreando al ritmo del dembow por mucho más tiempo.

¿Quiénes son tus artistas favoritas?
Junto con el poemario hice dos listas de “El Cuerpo es Devil” en spotify, una es la versión de todos los temas que se citan en ese libro y la otra es la versión extendida con muchos artistas que escuché el año pasado de reggaeton y música urbana mientras hacía “mi investigación”.

Me encanta la onda de Ms Nina y Chencho Corleone, como liricista me gusta Bad Bunny y estéticamente el rollo de la Tomasa del Real lo encuentro chacal. Ah, y creo que la mejor canción de música urbana es Guayando de Fulanito: Merengue, Hip hop, House. Una maravilla.

¿Qué otra música escuchás?
Hay música preferida para cada ocasión creo yo, siempre me obsesiono con alguna cosa y luego sigo explorando y revisitando mi propio acervo. Lo único que decididamente no escucho, me perdonarán del otro lado de la cordillera, es Soda Stereo. Gracias totales.

Cayo (Santiago de Chile, 1984). Abogado, escritor. Mi trabajo se relaciona con el pastiche, la obra colaborativa, la infracción de norma y los derechos de autor. Me ha desempeñado laboralmente como especialista en propiedad intelectual y de forma paralela ha desarrollado un proyecto editorial (Calaquita) y autoral en narrativa gráfica, traducción, poesía, dentro de la cual destaca una línea de estudios de arte y derecho denominada Iuspoética. En redes aparezco como @cayocactus

Voces del interior

Cómo sobrevivir a este calor del pingo si no es a fuerza de consumos alienables, frescas artificiales y sustancias todas? Toca acá compartirles algunos talismanes de verano. Combinan con tereré y también mimosas.

EL MOVIMIENTO

El podcast de @sebalama, una de las personas que más sabe de reggaeton y urbano. Seba arranca con la historia del género para luego dedicarle un capítulo a cada exponente pero también reseña los últimos discos que van saliendo. Los episodios son cortos y él baja data que no vas a encontrar googleando fácilmente.

NO ES OTRO PODCAST MÁS
Me gustaría que lavemos un poco la mala prensa que tienen los podcast, porque pueden ser algo mucho más rico que 4 bobos hablando de música. En este el invitado es Gary Suárez, uno de los encargados de demostrarle a los gringos que la música urbana no es joda, sus debates sobre si es correcto que él siendo un blanco neoyorquino ocupe ese lugar, los issues de Rosalía y por qué Bad Bunny es el artista de la década.

RADIO MENEA
Two Latinx friends. Wildly different music tastes.
Verónica y Miriam eligen sus rolas favoritas cada semana, debaten, se enseñan (y ensañan) mutuamente siempre con un objetivo claro: mantener la latinidad en lo más alto porque i didn´t ask to be born latina nomás tuve suerte. De su mano compartiremos trap, reggaeton, bachata, salsa, rumba.

En esta decimotercera entrega perdí los auriculares, aparecieron, se rompió la computadora que me dieron y me prestaron otra, también empecé a gestar un primogénito protobautizado esos nervios de lo que están hechos los proyectos de las primeras veces. Pensé mucho en la fortaleza de Donna Summer.
Cami.

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